Te voy a contar un secreto.

Nunca se como empezar a escribir y a ordenar mis pensamientos. Igual sueno repetitiva. Seguro que ya te suena esta historia. Seguro que has vivido algo parecido y eso es fantástico porque, a lo mejor me entiendes. Aunque lo mas seguro es que no... pero no pasa nada. 

No debería dedicarme estas palabras, pero lo voy a hacer aún sabiendo que hay un alto porcentaje de probabilidad de que me digas que me equivoco. Sin embargo, puede que no digas nada y todo quede entre nosotros. 


"No era una niña estúpida, era mi niña, mi pequeña, mi amor, o eso creí. Yo la quería de verdad pero un día, dejó de sentirse bien a mi lado. Esa angustia que ella sentía cuando estaba conmigo, yo la sentía dentro de mi. Me contagiaba su malestar. Aún así, yo tenía el deber de hacerla sentir bien. Porque me gustaba verla sonreír. Había días que me costaba mucho, pero siempre conseguí sacarle una sonrisa... y ese era uno de mis mayores placeres. A su lado, yo me sentía cómodo, sentía que por  fin encontré a esa persona. 
Esa manera suya de pensar tan diferente a la mía, hacía que me planease algunas de mis decisiones. Empecé a pensar en plural para hacer mis planes. Me enseñó muchas cosas, si... me enseñó algo tan esencial como ir más despacio en la vida, a tomarme un descanso, a estar relajado. 
Con ella podía hablar de cualquier cosa, hasta que las cosas se empezaron a torcer. Tampoco recuerdo cuando ni porqué fue. 
No sé que es lo que tenía, ni que es lo que hizo que me enamorara de ella, su forma de ser, su forma de actuar, su madura inmadurez... esa indecisión continua, a veces me mataba. Pero me encantaba porque se adaptaba a todo. Se adaptó a mi ritmo de vida, a mis gustos, a mis amigos, a mi familia... Quizá no lo valoré suficiente en su  momento.  Pero ahora, ahora que mas da... Ahora ya nada importa. Ya acabó. "

Y con ello, acabaron mis palabras. No voy a decir que acabó mi felicidad, pero si te llevaste una gran parte de ella. Necesitaba a alguien en quien confiar, con quien desahogarme, con quien ser yo misma... Te fuiste. Y me da rabia pensar que quizá algún día se puede arreglar, no confío en ello por si acaso.


Fantástico y maravilloso día de mierda nº4

Te levantas con la mala costumbre de mirar el móvil. Ya sea para apagar el despertador, para mirar cuanto rato más puedes dormir o para esperar leer un bonito mensaje. 
Sabemos que lo que deberíamos hacer, tal y como nos aconsejan cientos de revistas de mujeres y cientos de páginas a las que seguimos, es subir la persiana para que el sol pueda entrar por la ventana, respirar hondo, estirar los músculos y tomar un desayuno saludable.  
Pero en vez de eso hoy me he quedado tumbada en la cama, mirando al techo, esperando que este día fuese mejor que el de ayer... porque no puede ir a peor. 

He buscado entre las sábanas el móvil, te juro que no esperaba leer un mensaje bonito. He abierto los ojos después del gran deslumbramiento de la pantalla y he revisado las notificaciones... las tres notificaciones. Un recordatorio de la cita del médico, un tweet y una alerta de batería baja. Se me olvidó conectarlo anoche. 
Al revisar las ultimas noticias en Twitter llego a la publicación de La vecina rubia, influencer con pelazo y cerebro debajo, que desprende mucho brillibrilli y que además regala sonrisas, "Madrugar es de guapas", y me da por pensar que hoy muy guapa no debo ser. 

Te despiertas, te vas a trabajar y sobrevives el día. Y cuando pensabas que ese fin de semana de mierda ya había acabado, te das cuenta de que la mala suerte se alarga al Lunes. 

¡Que lo único que quiero es irme a dormir! Ahora, en la cama reviso el Twitter por última vez en el día. Esta chica siempre te saca una sonrisa...  Te da por pensar, por qué cojones te vas a ir a dormir con la angustia de haber tenido otro día de mierda. No puedes cambiarlo, pero si decorarlo y es entonces cuando decides llamarlo, "fantástico y maravilloso... día de mierda."


no me gusta...

Pensaba que esto sería diferente, no me gusta...
aunque tengo que decir que,
estoy cogiéndole el gusto a estar sola, no es algo que me apasione...
pero acabo de beberme la botella de vino
y me encuentro... ¿muy a gusto?
Me encuentro libre, despejada e iluminada.
Mañana quizá no sea así pero ahora... ¡Ahora que le den!


la puta verdad.

De repente, el puñetazo de la verdad.
Un día más. Un día menos. Un día perdido,
un día en el que todavía no ha salido el sol.

asúmelo ya

Yo solo necesito un abrazo,
no era tanto pedir.
Cada vez me doy mas cuenta de lo solos que estamos en la vida.

De tu vida.

Que no me echas, que me voy yo.
Que en realidad fuiste tu, que no me fui,
que sigo aquí, otro día, esperándote.
Que quiero llorar. Y no lo hago
                                                 por joder.

¿No es así?

Puedo decir lo que me salga del coño, total, aquí no hay nadie más que yo y mi puta botella vacía.

Hasta algún día

A veces es donde duele.
La herida que sangra.
Tus palabras.
Mis ideas.
Me quiero ir. De verdad. Por tu culpa.

Tus mierdas.

Me gustaría saber más de ti, de tus mierdas a las que nunca llegué a acostumbrarme, pero que me hacían sentir bien. A veces.
Hoy me he ido para sentirte, para que pareciese que estabas conmigo. Y estabas sin mi, o con otra.
Que no me importa una mierda. Me gustaría poder decir que me importas, una mierda. O eso me hago creer. Y no me lo creo.

Enfin creo que es un adiós.
Para ti.



Pienso en ti

Pienso en ti últimamente. Demasiado. 
Pienso que a veces, me he equivocado. 

El nudo en el corazón no me deja ni llorar. Ni latir. Ni respirar. 
Ahora no quiero sentir. Ni ver. Ni escuchar.

No hay más que el dolor de un jardín deshojado. Me has dejado. Como el olor de mis flores, ocultaban demasiado. Como tú.

Aunque la ansiedad la lleve por dentro, siempre te creí diferente. No regaste y te fuiste. Murió el olvido.

Morimos los dos.

Un calor familiar

Cada metro que recorro significa que no estoy muerta. Pero que camine hacia adelante no significa que este viva
No se ni como he llegado hasta aquí. Siento de nuevo al mundo respirar. Lo veo. Veo como se mueve.

Siento un calor familiar,
un hormigueo que vuelve,
un beso en la frente.


                 O entre las piernas.



Frígida

Pensé que necesitaba manos para arrancarme el puñal del pecho. Pero me equivoqué.
Por muchas lágrimas que de mis ojos caigan mientras hurgo en la herida siempre miraré hacia arriba, dónde colgué el recuerdo por el que sigo en pie.
Yo... sola... conmigo. Y que oscuridad se me viene tintada de sangre, casi ya podrida.

Tu y tu sendero

Puedes irte... y volver cuando quieras,
siempre y cuando no te pierdas.
No te olvides de dónde está el camino
porque sigue donde siempre.
Es tortuoso e impracticable
quizá más angosto pero,
puedes volver cuando quieras.

Hoy huele a ti.

Me sentía como en casa cuando sentía tu olor,
cuando me hablabas y me abrazabas sin motivo.
Me encantaba cuando reíamos juntos 
y me mirabas de reojo.

Se me encoge el estómago cuando creo verte.
se me encoge el alma cuando siento tu olor y no te veo. 

Pero me sentía bien. Ahora sólo me siento. 


Textos frustrados.

Frases olvidadas y
ahogadas en un mar de lágrimas y alcohol.
Palabras tachadas, como arañazos en la espalda.
Sentimientos sobre el papel,
que nunca salen a florecer.

El auto-engaño

La luz del faro es igual de intermitente que mis ganas de hacer vida. Estaría tan cómoda tumbada en la cama... como si fuese el colchón más cómodo del mundo. Como si tu brazo fuese la almohada más cómoda del mundo. Como si tus labios los mas tiernos del mundo. 
Y el auto-engaño viene cuando en realidad la luz del faro es continua y solo gira. Como la vida. Como la noria de la feria del pueblo. Como mi cabeza después de tres cuartos de botella de mi amigo Jack. 

Que está ahí, pero no.

Para quien me conoce.

Podría estar horas mirando sin aburrirme.
y ellos no saben que les miro,
Cuando me refiero a ellos, me refiero a todos.

Es increíble que tras cada una de esas ventanas, haya vida.
Y que cada uno de ellos tenga cientos de cosas materiales.
Miles de historias que pueden contar, y que no. Secretos.

Que tan insignificante me siento cuando miro de esta manera.
La primera vez fue en un autobús, de noche todavía.
Y a día de hoy todavía me fascina.
¿Qué hacen? ¿Qué piensan?
¿Qué miran? ¿Qué sienten?

Acabo la botella y mato la chusta.
Ahora ellos me miran a mi.
Les miro, les siento, no se dónde están pero, están ahí.
Mejor apaga las luces y vete a dormir.
No estás aquí. No están aquí. No estoy aquí.

Se van a dormir. O al menos eso parece.
Más adentro no puedo ir, no puedo ver.
Hasta mañana.


Un día como hoy.

¿Qué hace la gente cuando no saben que les están mirando?
¿Qué hace la luna cuando se esconde detrás de las nubes?
¿Hace ruido un árbol que cae cuando no hay nadie para escucharlo?
¿Qué piensas?
¿Qué ves?
¿Te emocionas?
¿Lloras?
¿Ríes a carcajadas?

Yo, miro por la ventana. 
Y miro al cielo.
Y miro las estrellas.
Y escucho el viento.
Y escucho la lluvia.
Y escucho los coches.
Y me emociono.
Y (te) pienso.

Un día como hoy
y como otro cualquiera

Preludio de despedida

Creo que se acerca el momento de decirte adiós.
De dejar atrás esta tortura.
Nuestros caminos cada vez están mas distanciados.
Nuestra vida está cada vez mas rota.
Se acerca el momento de la despedida... y te echaré de menos
ahora y siempre,
tanto que duele.



Los dos sabemos que te pienso, que te siento, que te... Pero a veces, no es suficiente.

Angustia.

¿Alguna vez te has fijado en lo lento que cae la lluvia?
¿Tan despacio, que parece que no te toca?
¿Tan lento, que parece que no pase el tiempo?

Que necesito un día más.
un silencio más.

Miro al cielo, ya es de noche.
Me rozan las gotas e imagino tus dedos.
Imagino el susurro de tus te quiero.

¿Alguna vez te has fijado en lo lento que cae la lluvia?


Empezando.

No me arrepiento de olvidarte de esta manera. 
Alguien me cogió la cara, me secó las lágrimas y mirándome a los ojos, me dijo algo que necesitaba escuchar, la verdad. Eres fuerte, sabes estar sola y ya lo has hecho antes. Tienes que aprender a tomar decisiones y acarrear con las consecuencias. Y no pasa nada, tú puedes con todo, porque eres fuerte.
Después de eso y algo más, me siento un poco mas libre. Gracias. 

No me arrepiento de olvidarte de esta manera, a base de alcohol, algún que otro empujón y esas amargas resacas. De empezar a tomar decisiones, aunque sean drásticas y sin sentido. Soy yo pero mas libre. 

Un viaje

Estaba tan absorbida por mis propios pensamientos que no me di cuenta ni cuándo empezamos a cenar. Me habían traído un plato con una hamburguesa y unas patatas fritas con salsa. Realmente, se que pasaba el tiempo porque, en cada imagen de las que recuerdo, cada vez quedaba menos comida en el plato.
Le preguntaba a mi amigo si no le estaba pasando a él también. Y volvía al plato con la sensación de estar volando. Música de fondo. La cantaba, separaba la carne de la lechuga. Giraba la cara a la izquierda y le comentaba que me sentía rara, que si a el no le pasaba. Cogía una patata aunque no recuerdo haberla comido. Miraba su plato y mientras mi cuerpo se movía al ritmo de la música le decía, "tío", sentía que estaba volando. Se repetía esa canción, o quizás era otra, pero también se repetía. Intentaba mirar al frente pero eso me mareaba. Agachando la cabeza cortaba otro trozo de la hamburguesa, parecía jugosa pero no recuerdo a qué sabía. Miraba a la izquierda, también había una camarera que pasaba un trapo por la barra. Un golpe fortísimo me hace mirar al frente, una pared con un estampado. Me mareaba. Por detrás está entrando gente al restaurante. Miro el plato y dirijo mi mirada a la izquierda pero mi cabeza llega más tarde, llega tres veces más mientras intento preguntarle si no le estaba pasando a él también. La canción, otra vez, la misma, o quizás otra diferente a las anteriores. Miro a la derecha y estoy en un escaparate. Joder cuantas putas luces. Coño que me está pasando. Céntrate. Estas en un restaurante, estás cenando, estás mareada. Coño que calor. Giro la cabeza a la izquierda, necesito aire le digo, estoy mareada pero, es una sensación agradable. Estoy flotando, le digo, no te pasa a ti también, pregunto. Estás bien, llega unas cuatro o cinco veces a mis oídos. Solo puedo respirar mirando por el cristal enorme que me separaba de la calle. La gente me estaba mirando. La canción, quizás la misma o otra diferente. Esta vez mi cara llega antes que mis ojos, mi voz se queda por el camino. He gritado, le pregunto, estoy como flotando. Vámonos ya.

No se cómo ni cuándo pero llegué, me daba miedo dormir. Solo pensaba en ti.

Todo el mundo miente.

Ahora mismo me gustaría explotarte en la cara.
No puedo cerrar los ojos sin que se me erice la piel,
no se si es de odio o de nostalgia.
Pero no puedo cerrar los ojos sin verte.
Miro para dentro y ahí estás, esperando, dices.

Que todo el mundo miente.

Ser feliz contigo.

Nunca más podré volver a ser la de siempre.
No digo que no pueda ser feliz, pero te digo que no así.
Que por mucho que quiera no puedo olvidar, o no se.
                                                            Igual no quiero.
Puñaladas en el estomago, siento,
empujones, desespero, llanto, ansiedad.
El fuerte zarandeo de mi alma,
pero mi cuerpo está inmóvil, paralizado.
No logro hacer que se mueva.
No puedo dormir, porque si duermo sueño...
                             y sueño contigo que es algo
                             que odio ahora mismo.

Me encantaba soñar despierta pero ahora,
pagaría lo que fuera por despertar.
Despertar de esta muerte en vida, inmóvil,
ajena a toda ilusión y motivación.
Podría seguir describiendo, pero mis dedos
apenas quieren moverse. Como mis ojos,
que apenas lagrimean porque ya nada tiene sentido.


Que alguien me de un guantazo
a ver si así vuelvo a la realidad.
O cerraré los ojos para siempre.
Se trata de ser feliz conmigo.
                              algo que espero algún día lograr.

Te odio.

Y ahora medio drogada te digo que te odio,
que quiero una pizza a media noche.
Que quiero dejar de ahogarme con mis propias lágrimas.
Quiero respirar sin tener ese nudo en la garganta.
Ese nudo eres tu. Mis náuseas.
Te odio, te odio tanto que me duele.
Que el mundo está patas arriba. Quizás solo el mio.
Ansiedad.
Rabia.
Odio.

                                                             Te quiero.

Yo no quería.

Necesito cambios.
Estará irreconocible, 
los cambios dan miedo.

Espero verlo. Estaba decidida.
Porque ahora no veo nada
con tanta lágrima en los ojos.

Tanto que duele

Ya nada es lo que era,
ni lo será nunca.
Te echaré de menos.
Aunque vuelva el tiempo atrás.
Joder. Un año mas.