Había una vez, alguien que quería saber más, que buscó y que seguramente encontró.
Era se una tarde, que sonó el teléfono y no se dijo nada.
Con la mala suerte de que aquella noche que no podía dormir me puse a pensarlo.
Ese golpe no me lo esperaba.
Eres mas retorcido que yo.
No prometo no tenértelo en cuenta el resto de nuestras vidas.
Por cierto, si se te ha encogido el estómago al pensar si se trata de ti... quiere decir que tu estómago lo a entendido.
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