Que no me echas, que me voy yo.
Que en realidad fuiste tu, que no me fui,
que sigo aquí, otro día, esperándote.
Que quiero llorar. Y no lo hago
por joder.
¿No es así?
Puedo decir lo que me salga del coño, total, aquí no hay nadie más que yo y mi puta botella vacía.
Hasta algún día
A veces es donde duele.
La herida que sangra.
Tus palabras.
Mis ideas.
Me quiero ir. De verdad. Por tu culpa.
La herida que sangra.
Tus palabras.
Mis ideas.
Me quiero ir. De verdad. Por tu culpa.
Tus mierdas.
Me gustaría saber más de ti, de tus mierdas a las que nunca llegué a acostumbrarme, pero que me hacían sentir bien. A veces.
Hoy me he ido para sentirte, para que pareciese que estabas conmigo. Y estabas sin mi, o con otra.
Que no me importa una mierda. Me gustaría poder decir que me importas, una mierda. O eso me hago creer. Y no me lo creo.
Enfin creo que es un adiós.
Para ti.
Hoy me he ido para sentirte, para que pareciese que estabas conmigo. Y estabas sin mi, o con otra.
Que no me importa una mierda. Me gustaría poder decir que me importas, una mierda. O eso me hago creer. Y no me lo creo.
Enfin creo que es un adiós.
Para ti.
Pienso en ti
Pienso en ti últimamente. Demasiado.
Pienso que a veces, me he equivocado.
El nudo en el corazón no me deja ni llorar. Ni latir. Ni respirar.
Ahora no quiero sentir. Ni ver. Ni escuchar.
No hay más que el dolor de un jardín deshojado. Me has dejado. Como el olor de mis flores, ocultaban demasiado. Como tú.
Aunque la ansiedad la lleve por dentro, siempre te creí diferente. No regaste y te fuiste. Murió el olvido.
Morimos los dos.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)